Estamos en, casi, ninguna parte... (A. Dolina)











miércoles, 23 de abril de 2008




Mutra

[...]

Este día herido de muerte que se arrastra a lo largo del tiempo sin acabar de morir,

y el día que lo sigue y ya escarba impaciente la indecisa tierra del alba,

y los otros que esperan su hora en los vastos establos del año,

este día y sus cuatro cachorros, la mañana de cola de cristal y el mediodía con su ojo único,

el mediodía absorto en su luz, sentado en su esplendor,

la tarde rica en pájaros y la noche con sus luceros armados de punta en blanco, este día y las presencias que alza o derriba el sol con un simple aletazo:

[...]

todo este largo día con su terrible cargamento de seres y de cosas, encalla lentamente en el tiempo parado.

[...]

Todos vamos cayendo con el día, todos entramos en el túnel,

atravesamos corredores interminables cuyas paredes de aire sólido se cierran,

nos internamos en nosotros y a cada paso el animal humano jadea y se desploma,

retrocedemos, vamos hacia atrás, el animal pierde futuro a cada paso,

y lo erguido y duro y óseo en nosotros al fin cede y cae pesadamente en la boca madre.

[...]



Octavio Paz

2 comentarios:

Steki dijo...

Hola María bonita!
Qué lindo poema de Octavio Paz.
Es como que uno se va imaginando lo que va narrando, no?
Y las fotos, como siempre, bellas.
BACI, STEKI.

María dijo...

¿Has visto, Steki?

Es uno de mis autores preferidos en poesía.
Baraja un puñado de palabras sencillas y siempre aparece alguna imagen sorprendente, metáforas únicas, el mundo que se abre y se cierra en el poema.
Dibuja con palabras el otro lado del mundo y se percibe en esa instantánea el reflejo del universo personal.
Un maestro.