Estamos en, casi, ninguna parte... (A. Dolina)











sábado, 16 de febrero de 2008

En attendant Cousteau

Nada qué decir, más que se trata de otro pequeño delito blanco de tres minutos. Obra sobre la pieza musical de 47' que forma parte del trabajo "En attendant Cousteau" de Jean Michel Jarre.
El capricho orgánico de las líneas que perfilan la roca sedimentaria ha sido singular ocurrencia del viento, del mar, del tiempo.

¿Existirá, acaso, lo que no sea producto de la demencial factoría del tiempo?




Las recomendaciones de siempre: paciencia, es preferible dejarlo arrancar y pausarlo para que cargue. Una buena salida de audio (con bajos consistentes) mejora la experiencia.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

No María... todo es producto del tiempo... sólo hay que saber percibirlo y apreciarlo...
Gracias por este regalo!

María dijo...

Su huella, que adivinamos tan cercana al horror, no deja de ser fascinante.

Percibirlo, apreciarlo, tiene su costado melancólico. Y la gente seria insiste en que es necesario huir de la melancolía.

Gracias por asomarte.

Adriana Lara dijo...

Tristeza y melancolía son tan diferentes, pero las dos tiñen de violeta tu nick y tus sonidos...
Adri

Anónimo dijo...

¿Y por qué esa insistencia de sospechar no estar en ninguna parte cuando tu presencia las puebla todas?

María dijo...

¡Huy! Discúlpeme, por favor...
¿Lo pisé y no me di cuenta?
¿Algún codazo involuntario?
Procuraré que no vuelva a suceder.
Aunque ya no sé bien en qué distrito arrinconar mi torpeza.

Steki dijo...

Hola María linda!
Como siempre... bellísimo todo.
Lo que es la naturaleza!
Se nota tu gran sensibilidad.
BACI, STEKI.

Anónimo dijo...

Hermosas imágenes, Inmensidad o María. ¿No te parece que entre tanta belleza sólo falta la pasta frola de mi vieja?
Sólo pasé a saludarte, quería agradecerte tus palabras que me tuvieron con el ánimo en alto todo el día.

María dijo...

Habrá que mandar una por servicio expreso...
Saludos