Vale llevarse los minutos y las cicatrices
y los tiempos improbables del después.
Vale que no quede memoria ni amanecer
ni postigos que no se abran
ni unidades de medida
mezquinas e inútiles para enredar a la eternidad.
Vale dejar la nota junto al reloj.
y los tiempos improbables del después.
Vale que no quede memoria ni amanecer
ni postigos que no se abran
ni unidades de medida
mezquinas e inútiles para enredar a la eternidad.
Vale dejar la nota junto al reloj.
3 comentarios:
Tengo miedo de preguntarme si al hablar de tiempo muerto no estaremos hablando del tiempo que uno mismo estuvo muerte.
Hasta la próxima vida,
D.
Pues bien, lo ha descubierto. Ayúdeme con ese último tornillo de la tapa, el tiempo lo ha oxidado. No termino de convencerme de que se pueda salir de aquí.
Sin embargo, no debería temer, ¡sus minutos han rebosado siempre de buena salud!
Llegó entonces el momento de angustiarse por cómo se ha vivido los minutos vivos…
D.
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