Estamos en, casi, ninguna parte... (A. Dolina)











martes, 10 de agosto de 2010

Antes que nada


Pedirte

solamente

que dejes de susurrar

en lo obscuro

solitarias miradas de nube

y que aprenda la sombra

cuánto cabe de luz

en tu voz al hablar.



Es preciso,

esta vez,

saber en qué rincón del cielo

vas a enseñarme a volar

antes de que el azul

que te nombra

se me oculte detrás.



No quiero

-no permitas-

excusas ni galeras con palomas

tímidas que huyan

cada tarde a su destino

al otro lado del mar.



Pedirte,

de momento

bajo el brazo, me dejes llevar

este tibio almohadón de sueños

para cuando el viento

en su hombro

me invite a descansar.



2 comentarios:

CaZp dijo...

Antes que nada,

felices vientos! =D

María dijo...

Para usted, CaZp, y sin tempestades.