Estamos en, casi, ninguna parte... (A. Dolina)











viernes, 7 de mayo de 2010

Tiempo presente

Tendida la red de la distancia
te veo aletear palabras iridiscentes
que se disuelven
en los labios lejanos del destierro.

Nombrado y negado.
Existes y no.

Y es el temor irreductible
de saberme así -quieta- en medio de la nada,
mientras el suceder desgarra
los lazos transparentes de la historia.

Sin devenir, vacía.
Existo y no.

Y es aferrarme al viento
saberte e ignorar
el tiempo justo en que futuras señales
son pasado (del que no debió pasar).



Re-conocer, en el rumor pretérito
de la palabra silenciada,
lo por decir, en la grieta germinal y marchitada
de un quizá que nunca fue.

Puedes zambullirte
navegar mi alma abierta,
verás cuajar tornasolado, el dolor
que se estira cerrando los ojos

hasta quebrar la médula...

...entre pasado y futuro

cuando todo pudo ser

y no.


7 comentarios:

Claudia Sánchez dijo...

Cuánto dura el tiempo presente, María Bonita? Nada. Ya es pasado.
Lo único que importa es el tiempo futuro, que antes de lo pensado se convierte en pasado.
El pasado pareciera ser entonces lo más importante, lo más duradero. Lo que fue, lo que quedará en el recuerdo de los que queden. Lo que pudo ser y no fue, no existe, es una ilusión más para demorar la construcción de un pasado feliz.
Besos y abrazos!

María dijo...

Con razón, recordada Claudia. Sospechaba que mi red de atrapar presentes tenía los nudos demasiado laxos.

Vaya un abrazo largo como la distancia.

Daniel Os dijo...

Buenas noticias pegadas a las malas. Las malas, evidentes; el dolor. Las buenas; el pasado quedó identificado como pasado.

Lo siguiente será trabajo; instalar el dolor en el pasado.

Unos cuantos buenos afectos y la tarea se simplifica sobre la marcha.

Besos,
D.

Steki dijo...

Lo malo va y viene. Lo bueno también.
Un placer leerte, María bonita.
Besote grande.

Anónimo dijo...

Excelente, María. La felicito. Ahora felicíteme Ud. a mí. Ayer fue mi cumple. Se lo conté en el espacio anterior. ¿Cuántas veces quiere que se lo diga? Bueno, por lo menos Ud. no es como esa amiga que me hizo un regalo, ¡Que hoy tuve que pagar porque lo había cargado en mi cuenta!. No se puede creer. De nuevo, disfruté como el mejor presente su poema. Saludos. Julio

María dijo...

¡Caramba!
Y yo con las manos vacías...

Venga un abrazo.
Felicítolo tardíamente.

Ahora que lo pienso, se me ha hecho costumbre llegar a deshoras.
Así, desoriento a los cobradores, al dentista y a la muerte.

El problema es que llego sólo a los sanguchitos con los bordes arqueados y cuando ya no hay nada en las botellas.

¿Le ayudo a desenvolver los regalos?

miralunas dijo...

me vine a ver quién eras (o no) porque mi admirado danielos te nombra. y acá anduve mirando tus vitrinas adornadas con tan lindas cosas.
me voy rezongando con la cotidianeidad tirándome de la manga, pero he de volver!

bella forma de pintar lo dolido de lo que ha sido y no.

abrazo!