Estamos en, casi, ninguna parte... (A. Dolina)











lunes, 5 de octubre de 2009

Apuntes para una deconstrucción




Una barba extrañamente azul


Tres hermanas que fueron solo una

El amable paseo por la campiña de la seducción

Historias deliciosas, manjares exquisitos, un castillo


Un viaje, un llavero, una puerta secreta

La llave, libertad encarcelada y "todo lo que le apetezca a tu corazón"

Tres pisos de altura y cien puertas en cada ala

La necesaria bajada al sótano, la habitación prohibida


Huesos ennegrecidos y sangre

Sangre y huesos ennegrecidos


Llave y lágrimas

Carmín chorreante en el blanco delator de la falda

Crin de caballo, cenizas, fuego...

Inútiles para olvidar el recuerdo

Para ocultar lo evidente


Demasiado tarde

-Ahora te toca a ti, señora mía-

¡Sólo un poco de tiempo!

(Es necesario preparar el alma para morir)


La huida escaleras arriba

El rescate de un racimo de gritos mudos


Un torbellino que sube desde el horizonte

Una maraña de espadas y buitres vengadores


La victoria de los débiles

Libertad

en el alma




3 comentarios:

Daniel Os dijo...

No soy tan débil como para que el apelativo débil me duela. Quiero mi porción de victoria… libertad en el alma.
D.

Anónimo dijo...

Hola María.
Llego a tu blog, a leer una intervención tuya en http://weblogs.clarin.com/eltoquemactas/archives/2008/04/que_frase.html.

Quisiera saber de qué libro de Galeano es la frase que citaste.

Muy buena la pagina.
Muchas gracias
trampaluz@hotmail.com

María dijo...

Hola. La frase es de "El libro de los abrazos". Está dentro del capítulo titulado "Crónica de la ciudad de Buenos Aires".
Lectura muy recomendable, por cierto.

Gracias a vos por la visita.