Penélope, los lunes, guardaba las agujas.
Lo hacía bien de mañana, con la esperanza [no de la vuelta, sino] de la llegada del olvido.
La madrugada del martes comprobaba, con ahogada impotencia, cuán largo y extenso era el tejido de la memoria.
Y volvía a anudar los extremos.
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5 comentarios:
Aquella Penelepe, la inspiradora de estas redes que atrapan y "enriedan" recuerdos, busquedas y esperas...
Felices nudos :D
No insistamos con el regreso, Penélope, para utopías prefiero la hermandad de la raza humana. ¿No habrá llegado la hora de que le pase su madeja al gato y comience a olvidar recuerdos y recordar olvidos?
Utópicamente yo también lo intento, y la madrugada del martes, un segundo antes de despertarme, es lunes por la tarde.
D.
"La memoria es como una red: uno la encuentra llena de peces al sacarla del arroyo, pero a través de ella pasaron cientos de kilómetros de agua sin dejar rastro".
Saludos.
Esta es una mini redonda, María bonita! y con tu sello personal.
Besotes,
Se me viene a la cabeza una letra de Andrés Calamaro: "¿Será que las cosas no vuelven al mismo lugar?"
Me gustó el blog Abrazo
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